Tipos de morteros por Material
Los cinco tipos más habituales son:
- De piedra, mármol o granito.
- De madera.
- De acero inoxidable.
- De porcelana o cerámica.
- Japonés o de semilla
- De cristal (desaconsejado).
- De plástico o polietileno (desaconsejado).
Morteros de piedra, granito o mármol
Nuestros ancestros los utilizaban. La versión de granito es la más vendida del mercado.
Gracias a su peso permiten majar cualquier alimento sin esfuerzo y sin que el mortero se mueva. De esta característica surge uno de sus inconvenientes, y es que con sus 3 kg de peso son incómodos de limpiar y de guardar.
Además, son muy fáciles de limpiar y no absorben olores. Si el peso no es problema para ti, te recomiendo comprar uno de este tipo. ¿Es mejor que el de madera? En mi opinión sí, claramente.
Morteros de madera
Para algunas personas los morteros de piedra son demasiado pesados.
Los fabricados en madera son mucho más ligeros, pero majan peor al tener menos masa para golpear. Es decir, este tipo de mortero es más fácil de manejar pero exige más fuerza para machacar los alimentos.
Las maderas baratas tienden a absorber los alimentos con mucha facilidad, sobre todo los aceites y las especias. Te recomiendo huir de los morteros económicos, generalmente fabricados con bambú, y comprar uno de madera noble.
Morteros cerámicos
La cerámica tiene numerosas ventajas: no suelta “polvillo” como algunos morteros de granito y tampoco absorbe sabores como los de madera. Además tiene el peso justo para machacar con comodidad.
Pero no todo es perfecto. Los morteros de cerámica son los más delicados, no soportan golpes fuertes, es por eso que las mazas suelen ser de madera o una mezcla ligera de madera y cerámica.
Morteros de hierro fundido y acero inoxidable
Los morteros fabricados en acero inoxidable son los más higiénicos (junto con los cerámicos). No absorben sabores ni desprenden sustancias tóxicas, además podrás limpiarlos fácilmente.
Por norma general el acero inoxidable solo está presente en el exterior del mortero y de la maza, el interior está relleno de resinas o de piedra. El motivo es evidente: una pieza maciza de acero inoxidable sería inmanejable, tendría un peso superior a 7 kg y un precio desorbitado.
